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Este blog es un punto de encuentro para todos aquellos que tomamos la decision de andar por el camino. De descubrir lo que existe mas alla de nuestra vida cotidiana. Es el despertar de la conciencia. Es el amarnos como seres unicos e irrepetibles.

domingo, 31 de mayo de 2009

ataques de pánico... y Tai Chi



Pueden ir desde una extraña sensación de ansiedad en situaciones que nunca antes nos habían generado tensión, pasando por la imperiosa necesidad de salir corriendo, hasta la pérdida total de control que genera un miedo profundo que se apodera de todas nuestras facultades.
Una característica esencial, es que esas sensaciones, -normales en determinadas circunstancias-, nunca se presentan en un contexto que las justifique, y aún cuando la persona se dé cuenta que su actitud o sus sensaciones no se explican por lo que está pasando alrededor, cuando aparecen son muy difíciles de controlar.
Por otro lado parecería que las únicas herramientas que emplea la medicina convencional para tratar esta nueva patología -propia de nuestra moderna y estresada sociedad-, son tan obsoletas como el propio paradigma que ha inspirado desde hace 200 años a la medicina moderna.
Que una herramienta sea excelente en un plano, no quiere decir que lo sea siempre y en todos los casos, el paradigma mecanicista con el que se han obtenido muchos avances en materia de curación y prevención de enfermedades -como las infecciosas por ejemplo-, no siempre funciona. Y este es uno de esos casos.
Atiborrar de calmantes, sedantes o cosas peores a una persona por desconocer o lo que es peor, no reconocer el alcance de otros enfoques alternativos o complementarios, lo único que hace es profundizar el problema de fondo.
¿Y cuál es el problema de fondo?
En primer lugar vale aclarar que desde la perspectiva de una Medicina Integral, hacer medicina en base a una estadística, en base a un número, no es hacer medicina, sino que tiene que ver más con olvidar y desconocer el Arte para cosificar y robotizar a las personas pretendiendo que conocer a una es conocerlas a todas; nada más lejos de la realidad.
En este sentido cada caso es único e irrepetible, y para saber que es lo que está causando los ataques de pánico -cuando se puede-, habrá que tener en cuenta todos los aspectos de la vida de una persona, especialmente aquellos que a la mayoría les resultan irrelevantes o que fácilmente se pasan por alto por no comprenderlos o no saber que hacer con ellos.
No obstante la aclaración, en los múltiples casos de ataques de pánico en los que me ha tocado intervenir, puedo decir con cierta firmeza que el problema esencial siempre es el mismo: la falta de congruencia entre lo que la persona cree ser y lo que realmente es, la falta de congruencia entre lo que está haciendo -con relación al trabajo, al estudio o la familia- y lo que en el fondo le gustaría hacer de verdad, la falta de congruencia entre lo que se piensa y lo que se siente, la falta de congruencia entre lo que dice o predica y lo que realmente hace. En definitiva, responde a un dramático alejamiento del Centro de uno mismo.
Se podría decir que el ataque de pánico es bien real, algo totalmente legítimo y justificado desde la perspectiva de lo que Es; porque no son pocas las ocasiones en que se trata del pánico que expresa el Alma por no poder manifestar todo el Potencial que tiene y no tener espacio para Contribuir con lo que vino a Contribuir.
La presión de ser otra persona, de comportarse de otra manera a la que nos gustaría, de desplazar el Sentir Profundo, de no atender a las señales de malestar que se expresan en el cuerpo, de aplazar lo que realmente nos gustaría hacer, son todas aberraciones a las que siempre solemos encontrarle una explicación racional, y que tarde o temprano buscan descomprimirse de alguna forma.
El Ataque de Pánico, expresa el Pánico del Alma porque de una u otra forma no la han dejado Ser.
¿Cuál sería la solución?
Sencilla y a la vez muy difícil, la solución pasa fundamentalmente por ponerse en contacto con la más profundo de nosotros mismos y buscar incansablemente re-encontrarse a si mismo.
¿Qué herramientas utilizar?
Tantas como las que tenemos que utilizar para vivir, es decir alma, mente y cuerpo.
La solución no pasa por la comodidad de dejar que otros hagan la tarea por nosotros “entregándonos” plácidamente a las manos de un terapeuta por bueno que pueda ser.
No es ni con pastillas, ni con psicoterapia, ni con Reiki, ni con Yoga, ni con Tai Chi por si mismos que se puede encontrar el Camino, y paradógicamente -siempre y cuando tengamos claro que de lo que se trata es de iniciar un Profundo Proceso de Búsqueda y Cambio Interior-, todo lo anterior sí puede servirnos de ayuda y guía inicial.
Si este Ingrediente Esencial de compromiso con el Cambio de Paradigmas Personales está presente, todas aquellas herramientas que se fundamentan en un trabajo Integral de la persona, tienen la virtud de potenciar y acelerar el proceso de Sanación.
Es sumamente difícil de explicar con palabras porque el problema de fondo no se resuelve a nivel intelectual, sólo se puede resolver a nivel Vivencial, pasa por un darse cuenta, por una toma de conciencia que involucra a todo el individuo y no solo a una de sus partes.
De la misma forma que los ataques de pánico son a primera vista irracionales e injustificados, la solución a primera vista también puede parecer irracional e injustificada, pero en última instancia a través de lo vivencial -algo que involucra a todo el Ser, entendiendo por Ser la mente, el cuerpo y ese “algo más” que trasciende la forma y podemos vagamente expresar como Energía Vital-, nos ponemos a la altura del problema y podemos comenzar a actuar en el mismo plano en el que se generó.
Resumiendo:
¿Qué nos dice el ataque de pánico?
Que algo tenemos que cambiar.
Algo que es esencial para nuestra Vida y nuestra Evolución. Sin lugar a dudas para hacer ese cambio se necesita Coraje, paradójicamente el mismo que aún no se ha encontrado para cambiar lo que hay que cambiar y razón fundamental por la que entramos en pánico.
En definitiva el ataque de pánico expresa la falta de coraje.
¿Qué hacer?
Lo primera que hay que hacer es buscar ayuda.
Cada uno encontrará el Camino más adecuado, pero demasiada comodidad en ese camino es una señal bien clara de que hemos errado la elección. Algo así como que a un diabético le dijeran que para sentirse mejor debe comenzar a consumir más azúcar que antes. ¿Se entiende la advertencia?
En base a mi experiencia, creo que la ayuda siempre debería ser psico-física, es decir debería involucrar lo intelectual pero más debería involucrar el trabajo corporal como herramienta fundamental para “moderar” la frenética tendencia racionalista que contamina todo nuestro mundo occidental, porque en tanto no seamos capaces de “escuchar” las señales del resto de nuestro cuerpo, poco podremos avanzar hacia un vivir más equilibrado.
Y es en este sentido que practicar Tai Chi puede ser un excelente camino para re-encontrar el Centro.
Autor: Dr. Ernesto Velázquez Del Puerto. http://www.taichienuruguay.com

Un Camino de Retorno al Equilibrio- Trabajo en adicciones

Introducción
Estamos siendo testigos a una de las mayores pandemias de los últimos tiempos, y como siempre ha sucedido, el común de la gente, -incluidos el común de los profesionales y autoridades sanitarias-, cuando algo aterra, prefieren mirar para otro lado con la esperanza de que al volver la cabeza, lo espantoso haya desaparecido.
Del mismo modo que las dos guerras mundiales, al decir de Jung, “demostraron fehacientemente que el llamado mundo “civilizado”, poco tenía de civilizado” pero sí mucho de bárbaro; el actual suicidio colectivo global, que especialmente los jóvenes están ejecutando a través del consumo de drogas legales e ilegales como método preferido, demuestra que la panacea de la tecnología, el progreso y la superabundancia no era tal.

Teniendo en cuenta la creciente barbarización y deshumanización global, la incapacidad de los hombres para llenar el vació existencial, y la búsqueda frenética de cualquier cosa que ayude a paliar la sensación endémica de miseria interior, por mencionar sólo algunas cuestiones generales, deberían ser suficientes estímulos para que algunos pocos, de los hombres y mujeres que dicen ser libres pensadores, se tomen el trabajo de reflexionar seriamente sobre su propia actitud ante tales problemas como para mitigar la inacción general.
La burbuja se ha roto, ¡y ahora… ¿qué hacemos?!! Para muchos países, ya hace mucho que se alcanzó la meta del bienestar económico, y aún así, los dramas del alma humana que se suponía iba ha resolver dicha supremacía económica, siguen tan campantes.

Porque practicar?
El Tai Chi en los últimos tiempos ha alcanzado tal auge, especialmente en Occidente, que cabría preguntarse, ¿por qué justo en nuestra época y después de casi dos mil años de existencia, este Arte conquista cada vez más practicantes?
La respuesta lejos de ser antojadiza, es coherente en si misma.
El Tai Chi “basado en una profunda filosofía práctica”, combina ejercicios físicos, mentales y espirituales, y al no haberse desarraigado de su rica y milenaria historia, propone, -al que busca con sinceridad un cambio profundo en su vida-, un camino práctico y vivencial, que da respuesta a muchas de las preocupaciones humanas más apremiantes.
Los practicantes de Tai Chi, si perseveran, tarde o temprano comienzan a descubrir, y vivenciar los beneficios, no sólo en forma de bienestar físico por el hecho de ejercitar el cuerpo, sino también en forma de un positivo cambio de actitud personal frente a los diversos problemas que nos plantea el diario vivir, consecuencia directa de la profunda transformación psico-espiritual que la propuesta filosófica y el método terapéutico del Tai Chi despierta.

La búsqueda del equilibrio, la armonía y el bien-estar, o en otras palabras: “la salud bio-psico-social”, es una larga aspiración de la Medicina actual, plasmada idealmente desde hace muchos años en la definición de salud de la Organización Mundial de la Salud.
Por lo anterior no es exagerado plantear que la práctica regular del Tai Chi logra plasmar efectivamente este ideal en la vida diaria de todos aquellos que buscan una forma de sentirse mejor consigo mismos y con el entorno.El Tai Chi y su propuesta vivencial a través del trabajo sistemático con el cuerpo, la respiración y la mente, apunta a recomponer y fusionar las partes desconectadas, intentando pertinazmente el reencuentro con uno mismo.
En palabras de Aon el Maestro argentino del Centro del Tao:
“el Tai Chi es un Arte por el que reaprendemos el juego de ser una Unidad”,

y a pesar de que en los principiantes, cuerpo, mente y respiración están todos desconectados haciendo que los movimientos se restrinjan a las manos o a los pies, que la mente divague y sea incapaz de poner atención en lo que se está haciendo, lo mismo que sea prácticamente imposible coordinar la respiración con los movimientos; poco a poco, esta división va desapareciendo hasta que el cuerpo logra moverse con precisión y sincronía, la mente logra estar atenta a cada detalle del movimiento y el entorno, anclando la atención en el Aquí y Ahora, y que la respiración en perfecta sincronía con la mente y el cuerpo, potencie todo lo anterior, llevando a una Profunda Paz Interior y reduciendo dramáticamente los niveles de ansiedad crónica.
En nuestra experiencia de coordinación grupal con la Licenciada en Psicología Raquel Jauregui en el Hospital Saint Bois, hemos visto por ejemplo, cómo pacientes que eran incapaces de dormir sin ansiolíticos desde hacía más de 15 años, lograron en coordinación con su psiquiatra abandonar la medicación; pacientes con profundas y largas depresiones que pudieron decir por primera vez, después de mucho tiempo y de forma sostenida: “estoy feliz, me siento muy bien y con ganas de vivir”, o incluso que adultos mayores hayan iniciado un proceso de autoconocimiento al punto de admitir: “me doy cuenta que todos estos años me he estado haciendo la víctima”; también hemos visto pacientes que habiendo llegado con vicios de postura muy evidentes, los corrigieron también de forma evidente y permanente con la consiguiente modificación positiva de su estado de ánimo.Aún cuando obviamente no logra eliminar muchas enfermedades porque no es un tratamiento médico convencional, el Tai Chi es una poderosa herramienta, que sí puede ayudar a reducir el estrés y fomentar una actitud física y mental lo suficientemente positiva, como para complementar efectivamente los tratamientos convencionales; considerando que en el caso de los adolescentes en particular, puede ser una excelente ayuda para reencauzar la autodestructiva energía manifestada en la drogadicción y potenciar el efecto del resto del arsenal terapéutico con el que hay que tratar este flagelo.
Autor: Dr. Ernesto Velázquez Del Puerto

Terapeutica del Tai Chi


Son muchos los efectos positivos que se le atribuyen a la práctica del Tai Chi. Quienes lo practican coinciden en afirmar que mejora el equilibrio, ayuda a conciliar el sueño, reduce el dolor articular y mejora la condición física en general. Ahora, un estudio científico financiado por el gobierno estadounidense revela que el Tai Chi mejora las defensas del organismo.
Esta milenaria disciplina china que combina el ejercicio con la meditación ha demostrado ser capaz de ayudar al sistema inmunológico a combatir al virus varicella-zoster. Este microorganismo es el causante tanto de la varicela que afecta a los niños, como de la llamada “culebrilla” o herpes zoster, que suele presentarse en personas mayores de 50 años.
En el estudio realizado por el doctor Michael Irwin, de la Universidad de California en Los Angeles, Estados Unidos, la práctica de Tai Chi resultó ser tan efectiva para estimular la producción de antígenos contra el virus varicella-zoster como lo son la vacuna que previene la enfermedad. Es más, su práctica en personas vacunadas aumentó un 40% extra los niveles de inmunidad contra el virus, en comparación con personas que sólo recibieron la vacuna.“La investigación del doctor Irwin ha demostrado que una intervención comportamental que tiene cientos de años, como lo es el Tai Chi, dió como resultado niveles de respuesta inmune similares a los de una moderna intervención biológica, como es la vacuna contra la varicela”, declaró el doctor Andrew Monjan, del Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA, según sus siglas en inglés), de los Estados Unidos.
El NIA, al igual que el Centro Nacional de Medicinas Complementarias y Alternativas (Nccan, según sus siglas en inglés), fue una de las instituciones gubernamentales norteamericanas que financiaron el estudio cuyas conclusiones publicó la revista Journal of the American Geriatrics Society.La culebrilla o herpes zoster es causada por el mismo virus -el varicella zoster- que produce la varicela en los chicos, y que luego puede permanecer adormecido durante años o décadas en el sistema nervioso, para reactivarse si las defensas decaen. Cuando se reactiva, el virus sale de las fibras nerviosas donde se esconde y llega hasta la piel, donde produce las llagas dolorosas característica de la culebrilla.
“Una de cada cinco personas que tuvieron varicela padecerán herpes zoster más tarde en sus vidas, usualmente después de los 50 años, y el riesgo se incrementa a medida que pasan los años”, comentó el doctor Richard Hodes, director del NIA, y agregó: “Aunque se necesita más investigación, este nuevo estudio sugiere que el Tai Chi, en combinación con la vacuna, puede mejorar la protección de los adultos mayores contra esta dolorosa afección“.

Como fue el estudio.
Irwin y sus colegas realizaron sus estudio en 112 voluntarios sanos de entre 59 y 86 años, que fueron divididos en dos grupos: un grupo participó de un programa de Tai Chi de 16 semanas de duración, mientras que el otro grupo participó de un programa de educación sobre salud. Finalizados ambos programas, parte de los voluntarios de ambos grupos fueron vacunados contra el virus varicella-zoster.
Los resultados del estudio revelaron que quienes hicieron Tai Chi pero no recibieron la vacuna tuvieron niveles de anticuerpos contra el virus similares a los de los voluntarios vacunados, y que quienes además de practicar esta disciplina recibieron la vacuna obtuvieron niveles de anticuerpos 40% más elevados que aquellos que sólo recibieron la vacuna.
Además, como si fuera poco, los practicantes de Tai Chi reportaron mejoras en su estado físico, en su vitalidad y en su salud mental.
Fuente: http://www.diariosalud.net/

domingo, 10 de mayo de 2009

Descendientes de mujer

Bryan Sykes, profesor de Genética de la Universidad de Oxford y una de las mayores autoridades mundiales entre los estudiosos del ADN mitocondrial, introduce al lector en lo que bien podría considerarse como el primer viaje molecular hacia nuestro pasado remoto. "Guiados por los intactos hilos genéticos que nos conectan con nuestros antepasados –escribe Sykes–, podemos viajar en el tiempo hasta una época anterior al alba de la historia, hasta un mundo de hielo y nieve, de montañas peladas e interminables llanuras, para conocer a aquellas notables mujeres: las siete hijas de Eva". Y es que el profesor Sykes, como fruto de largos años dedicado a la investigación de nuestros genes, primero en las remotas islas de Polinesia, y más tarde en Europa, ha llegado a la conclusión de que todos los europeos actuales descienden de siete mujeres que vivieron en distintos periodos de los últimos 45.000 años y de las cuales conservan unas características señales genéticas. Este libro viene a ser, de hecho, una recreación, a la luz del potente foco de la genética, de las vidas imaginadas de estas siete mujeres, las "madres" de los europeos, que el profesor Sykes ha bautizado con los nombres de Úrsula, Xenia, Helena, Velda, Tara, Katrina y Jasmine. Un intento, bastante lúcido por cierto, de personalizar los distintos códigos de ADN hallados en su estudio sobre seis mil mujeres europeas. El autor sostiene que los siete clanes europeos representados por estas mujeres descienden a su vez de uno de los tres clanes genéticos conocidos actualmente en África. Lo que viene a ser un nuevo argumento en favor de la teoría Out of Africa, según la cual todos los humanos modernos procedemos de ancestros primitivos que salieron de aquel continente hace unos 150.000 años. Con ese telón de fondo, Sykes orienta y acompaña al lector desde el presente hasta los comienzos de la agricultura y aún más atrás, hasta nuestros antepasados, descendientes de los cromañones, que cazaban junto a los neandertales. El estilo claramente divulgativo, unido al lenguaje didáctico y a la vez riguroso que emplea el autor, convierten esta obra en una narración ágil, amena y a ratos incluso divertida. De este modo, Sykes cumple a la perfección su papel de guía en la apasionante aventura que es la exploración del mapa genético de Europa. Con la única condición de unos conocimientos básicos de biología evolutiva y de genética, el libro brindará un buen disfrute a cualquier persona interesada por las grandes cuestiones relacionadas con la evolución humana más reciente y con la aplicación de las nuevas tecnologías genéticas en la investigación biológica, histórica y antropológica. El autor elude en su libro las cuestiones colaterales de orden filosófico o antropológico. Pero, llegado el momento, no ahorra críticas a todas aquellas instancias que, con argumentos generalmente de tipo legalista y materialista, discuten los pros y los contras de patentar los genes, como si estos no fuesen más que una sustancia química como otra cualquiera. "Qué ironía que el ADN resulte ser también el instrumento que nos reconecta con los misterios de nuestro pasado remoto y realza nuestro sentido del yo, en lugar de disminuirlo". "Después de todo –escribe Bryan Sykes al final de su libro, no sin un halo de misterio–, no se trata de ‘una simple sustancia química’, sino del más precioso de los regalos". Sería interesante saber a quién atribuye Sykes ese regalo. En este libro, Las siete hijas de Eva el autor, Bryan Sykes, eminencia mundialmente reconocida por sus estudios sobre el ADN Mitocondrial, entre muchos otros, nos narra de forma sencilla e interesante la manera en que realizó su investigación sobre su teoría de la "Eva mitocondrial" y cómo descubrió que al menos el 95% de los europeos provienen de siete mujeres, a quienes les dio los nombres de Tara, Helena, Katrine, Xenia, Jasmine, Velda y Ursula: las siete hijas de Eva.A pesar de que nunca he estudiado específicamente algún tema relacionado con evolución, este libro me ha permitido llenar algunos agujeros conceptuales que tenía respecto al tema, y con algunas pacientes aclaraciones y explicaciones de Ariel (quien conoce infinitamente más que yo respecto a esos temas, pues es su campo de estudio) ahora las cosas me quedan mucho más claras.Recomiendo ampliamente la lectura de este libro. No es el típico "libro de escuela", está orientado para el público en general y tiene una narrativa que permite que te involucres en los hechos sin que te parezca pesado. Los capítulos finales son una descripción de cómo pudo haber sido la vida de estas mujeres hace varios miles de años, pero basándose en evidencias de artículos que se han encontrado en los lugares y las épocas que se mencionan.
Fuente(s):
http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=1765

Video explicativo:http://www.documaniatv.com/ciencia/redes-las-siete-hijas-de-eva-video_de0109e3e.html

jueves, 7 de mayo de 2009

Liberarnos de la cadena de la espera




"El Sabio actúa sin acción, dice sin hablar. Lleva en sí todas las cosas en busca de la Unidad. Él produce pero no posee, perfecciona la vida pero no reclama reconocimiento, y porque nada reclama nunca sufre perdida". Tao Te King


Qué maravillosa y profunda frase del Tao Te King. Frase que nos lleva a ver que el Verdadero Dar desinteresado es aquel que no espera nada a cambio. Ni siquiera una respuesta. Sólo el Dar se sostiene en la Esencia del Espíritu, en la naturaleza del Espíritu que se realiza y se expande por el sólo hecho de Dar.Pero cuando nos apropiamos del Dar, cuando no lo hacemos desde nuestra naturaleza sino desde nuestra personalidad, el Dar se tiñe de beneficios.Tener la capacidad de Dar parece simple, sin embargo a menudo nos ata y nos despierta los mismos patrones de enojo e inconformismo hacia el otro.


La espera


Si revisamos un momento nuestra vida, nos daremos cuenta de que estamos atados a una cadena de esperas. Yo espero que mi vecino haga esto, entonces yo haré lo otro. Yo espero que mi amigo venga a pedirme perdón, entonces lo perdonaré. Yo espero que mi compañero de trabajo cumpla con su tarea, entonces yo haré mi parte. Muchas veces hasta espero algo que ni siquiera la otra persona sabe que estoy esperando. Y me enojo, y espero luego enojado, hasta que en un momento la espera estalla, y pide y exige lo que quiere. Pero aun así difícilmente estaré conforme con lo que he pedido. Seguramente diré: “Ahora me lo da porque lo he forzado...” Resumiendo: Espero que me suceda tal cosa, porque si me sucede, entonces seré feliz. Lo pequeño refleja lo grande y lo grande lo pequeño, en definitiva espero que el Universo, Dios, me de lo que necesito. Esto no es negativo pero se vuelve negativo cuando la espera se hace pasiva y lineal. Es decir, muchas veces ni siquiera hago el esfuerzo para pedir. Ni siquiera hago un esfuerzo por tener en claro qué es lo que verdaderamente necesito. Pero espero que alguien más lo haga por mí...En definitiva, cuando espero que mi vecino, mi amigo, mi compañero de trabajo haga esto o aquello, sólo estoy reflejado la espera profunda en la que se encuentra mi Espíritu.No se qué es lo que me dará la felicidad, paz y plenitud, no lo se y lo proyecto en pequeñas y grandes situaciones de la vida cotidiana.Así difícilmente encontraré la Paz porque simplemente siempre estaré esperando más. No se lo que quiero, pero tampoco se si verdaderamente quiero averiguarlo. ¡Qué misterio! A menudo la sensación de insatisfacción es cómoda, ya que me mantiene en una pasividad. En una no responsabilidad de mi vida. La espera me quita de la responsabilidad de que soy YO el que debe dar el paso hacia la felicidad. Soy Yo el que debe dar un paso hacia la reconciliación, el perdón. ¿Por qué? porque soy Yo el que está viéndolo, el que tiene la Conciencia en este momento. Ahora, ¿cómo salir de esta cadena incomoda y cómoda a la vez, de la espera?No reclamando nada, no esperando nada. Siendo como niños que para ellos todo es impredecible. Todo es nuevo y mágico. Todo los sorprende, y todo lo reciben en constante gratitud.Debemos sostener nuestro crecimiento por nosotros mismos, siendo concientes de que nuestra vida es nuestra responsabilidad. Que nuestro crecimiento Espiritual está en nuestras manos, y en nuestras manos está la posibilidad de realizar buenas acciones, ofreciendo el Corazón. Como dijo el Gran Maestro: “Poniendo la segunda mejilla”.No es simple, muchas veces las justificaciones nos empañan la visión y nos ahorran el trabajo de hacer el esfuerzo por estar mejor. Pero he aquí la verdad: Puedo aparentar estar conforme; puede mi mente estar satisfecha con sus razonamientos y reflexiones, pero mi Espíritu sabe y siempre estará esperando la MEJOR ACCIÓN. Y para que esta se realice propiciará los escenarios para que Yo pueda actuar distinto. Siempre se encargará de darnos otra oportunidad para que finalmente nos liberemos de la cadena de la espera. Las oportunidades se verán cuando constantemente sigamos topándonos con las mismas situaciones una y otra vez. Hasta que en un momento tomemos las riendas de nuestra vida. Tomemos conciencia de que el cambio empieza por mi mismo, y entonces ahí nos liberamos, haciendo lo que tenemos que hacer. Así empezaré el camino hacia la libertad. En este momento mi Espíritu dirá: “Gracias por ver lo que te quería mostrar, ahora somos Uno. No eres tú por un lado y Yo por otro. Ahora somos Uno”.Es ahora el momento, ahora podemos comenzar a aclarar nuestros reclamos y ver por dónde empiezo. Yo espero algo de ti, entonces iré a conversar contigo y te contaré lo que me sucede. O bien iré a estar contigo y te regalaré lo mismo que espero de ti.Dar sin esperar. Actuar antes de que la espera aparezca.


por Nancy Erica Ortiz-Editora de CaminosalSer - Creadora del curso "Los Niños de Hoy"